Como cambia nuestro cuerpo al llegar a los 40’s, ¿lo notaste?
Con cada cumpleaños las mujeres nos volvemos más conscientes de como vamos cambiando, una curva, una linea, la balanza, las emociones, todo; lo cierto es que se van dando cambios que son parte del proceso normal de envejecimiento y lamentablemente no contamos con un manual descriptivo que nos vaya preparando para dichos cambios.
A partir de los 35 años empecé a notar las sorpresas del calendario; tuve “cambios hormonales” asociado a un pico de estrés que me provocó acné severo; el cual nunca había tenido, ni en mi adolescencia. Para curarlo y mitigar las cicatrices que me dejó tuve que someterme a un largo, costoso y molesto pero exitoso tratamiento dermatológico.
Definitivamente en ese momento aprendí a enfocarme en la solución y no en el problema ya que al haber sido reina de belleza en mis 20’s sentía la presión de mantener una buena apariencia física; no niego en ningún momento que al verme con mi rostro brotado un sentimiento de humillación e inseguridad me envolvió llevándome en ese instante a fortalecer mi autoestima, no podía centrar mi atención en la apariencia por lo que dejé de cubrir mi rostro con el cabello y seguí viviendo mi vida de una manera normal pues sabía que ya estaba trabajando en la solución y el problema era parte del pasado.
Con los años fue llegando una que otra cana pero al cumplir este año los 40 noté realmente lo que escuchaba de otras mujeres; dificultad para bajar de peso, retención de líquido más evidente, sueño menos profundo, cambios de humor más notorios, fluctuación radical del peso, pérdida de vitalidad en la piel, más cansancio, etc.
¿Pero por qué razón se dan estos cambios?
Los 40’s los podemos asociar con una segunda adolescencia ya que en ambas etapas tenemos cambios hormonales que se reflejan en cambios físicos y psicológicos. A partir de este momento tenemos que enfocarnos en los factores importantes como la alimentación, el ejercicio, la piel, la mente y un apropiado descanso.
Debemos tener mayor consciencia de los alimentos que consumimos, procurando que estén cargados de vitaminas, minerales y antioxidantes que nos beneficiaran para afrontar las variaciones que se irán dando progresivamente a partir de este momento hasta la menopausia en donde se evidenciarán cambios aún más importantes.
Lógicamente la práctica de ejercicio moderado, mínimo tres veces por semana (ideal cinco o seis veces) va ayudarnos a mantener nuestro peso y figura además de nuestra salud cardiovascular (con una rutina aeróbica), la masa muscular y densidad ósea (con ejercicios de resistencia). Durante el ejercicio nuestro cerebro libera pequeñas cadenas proteicas llamadas endorfinas a través del torrente sanguíneo generando un efecto analgésico y estimulante natural.
Las endorfinas liberadas promueven la calma, mejoran el humor, reducen el dolor, estabiliza la presión sanguínea, retrasan el proceso de envejecimiento, mejoran el sistema inmunológico, ayudan en el control de la ansiedad entre muchos otros beneficios.
Según la Organización del Cáncer de Mama (BreastCancer.Org), cuando se tiene más de cuarenta años, las cosas comienzan a cambiar. A medida que envejecen los ovarios, es posible que no liberen óvulos todos los meses. Además, las hormonas femeninas tienen patrones de aumento y decaimiento menos predecibles. Los niveles de estrógeno y progesterona pueden ser muy altos y, luego, muy bajos. Los períodos pueden ser más intensos y más frecuentes o más leves y menos frecuentes. Se puede empezar a tener algunos síntomas asociados a la menopausia, como cambios en el estado de ánimo, bochornos, sequedad vaginal o problemas para dormir. Este período de transición se llama premenopausia, y puede durar entre dos y diez años.
Es normal por lo tanto que en esta etapa también vayamos pediendo elasticidad y vitalidad en nuestra piel por eso es de suma importancia hidratarnos constantemente en especial después del ejercicio y utilizar cremas que ayuden a contrarestar los efectos propios de la edad. Disminuir el consumo de alcohol, evitar las trasnochadas, tener un buen descanso nocturno y evitar el tabaco también contribuyen para que nuestra piel tenga mejor aspecto.
Por último la realización de actividades que sean de nuestro agrado y que generen placer nos permitirá contar con una mente saludable para evitar estados depresivos y de ansiedad que son más frecuentes después de los 40’s. El yoga, los masajes, la natación, correr, leer, salir con amigas, pintar, esculpir son actividades que nos generan espacios de relajación ideales para contar con una adecuada salud mental.
Logrando una armonía entre cuerpo, mente y alma empezaremos a vivir una de las mejores etapas de la vida.
No todo es cuesta abajo…
Hablando desde mi experiencia personal, después de los 40’s las mujeres contamos con cierto nivel de madurez y sensatez que nos permite disfrutar más de las cosas, reímos a carcajadas, nos relajamos en lo que hacemos restando importancia a la opinión de terceros; disfrutamos de nuestros logros, experimentamos con nuevos “looks” para complacernos a nosotras mismas; escogemos más inteligentemente nuestras batallas; no necesitamos de la aprobación de nadie más que la nuestra; vivimos intensamente documentando nuestras vivencias a través de nuestros ojos para guardarlas en nuestros recuerdos. En fin a pesar de los constantes cambios solo el hecho de poder soplar año con año las velas de nuestro pastel y contar con una buena calidad de vida es razón suficiente para considerarnos bendecidos y dar gracias por lo vivido.
El 4to piso es una nueva oportunidad para hacer las cosas a nuestra manera y mucho mejor; a disfrutar de la vida que no es eterna.
Hasta la próxima.