Familia y Cotidianidad

Que nuestros hijos se sientan amados…

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No es hacer sólo lo que les agrade sino también corregirlos cuando sea necesario.  ¿Te has sentido culpable después de llamarle la atención a tus hijos?.

Hace muchos años era normal escuchar a los padres decir “ te voy a dar un chancletazo” o “ voy a sacar la faja” y los niños eran muy cautos en la forma de actuar e incluso de hablar para evitar encontrarse en alguno de esos dos escenarios.    Hoy en día por suerte los tiempos han cambiado y gracias a los medios de información y las nuevas leyes, el castigo físico esta obsoleto por todas las implicaciones negativas  que provocan en los pequeños  ya que generan ciclos de violencia  física y psicológica.

Como padres para permanecer fuera de ese esquema antiguo ejercemos en la actualidad  un estilo de paternidad más enfocada en convertirnos los mejores amigos de nuestros hijos que cumpliendo nuestro rol como formadores y desde mi punto de vista eso no es del todo beneficioso para ellos.  Mi madre es mi mejor amiga ahora pero en mis años de niñez y adolescencia  siempre fue mi guía encargada de inculcarme los valores morales y espirituales y corrigiéndome cuando lo consideraba necesario.

Procurar una buena relación es importantísimo; fomentando siempre el amor, la confianza, el respeto, la comunicación y que sientan que realmente los escuchamos pero sin tratar ser sus mejores amigos; de éstos en la vida podrán tener muchos pero mamá y papá sólo uno.

Según lo vivido con mis chicos sé que experimentan etapas en donde constantemente  ponen a prueba nuestro límites  viendo en que momento cedemos; en algunas ocasiones lo han logrado pero eso solo nos hace perder autoridad frente a ellos; no niego que también me  ha invadido la culpa por haberles llamado la atención y termino sintiéndome la peor mamá del mundo. Al final me doy cuenta que no soy la única con esas emociones y que mantenernos firmes en estas situaciones, siendo consecuentes  con lo que les decimos y hacemos  dará buenos frutos en el futuro.

También algunas veces sobre reaccionamos a las situaciones y explotamos por agentes externos que poco a poco han ido exasperando nuestro humor durante  el día y cuando los chicos hacen una pequeña travesura encontramos la oportunidad para dejar salir nuestra frustración.  Estas son las ocasiones en donde debemos tener humildad  y sí, disculparnos por regañarlos sin fundamentos suficientes.

El punto es que aunque nos pongan ojos de borrego si les damos una consecuencia debemos cumplirla  y no ceder ante sus intentos de negociación o manipulación para que ellos poco a poco vayan siendo responsables por sus acciones y aprendan de sus errores; en estos momentos a lo mejor nos “odien y reprochen” pero definitivamente nos lo agradecerán  mañana.

Les dejó con una pequeña anécdota con la que algunos dirán “ay que grosera” pero la verdad es que amo tanto a mis hijos que lejos de hacerle un daño le di una pequeña lección.

Una vez  uno de mis hijos fue invitado a una pijamada  pero antes tenían una clase deportiva a la cuál debía asistir;  por lo que le dije:

 -Mi amor, verifique que no te falte nada para la fiesta ya que después de la clase nos vamos directo.

-Sí mami, llevo todo ya preparé mi bolso.

Ya en mi carro lista para salir veo que mi hijo viene descalzo y le pregunto:

 -¿Por qué vas sin zapatos?

-Es que tengo un par en la cajuela y esos son los que voy a llevar.

-¿Estás seguro? yo saque las compras hace un rato y no vi ningún par de zapatos.

-¡Sí mami!, estoy seguro.

-Perfecto, sólo te digo que es mejor verificar ya que no voy a volver a casa hasta después de dejarte en la pijamada, ¿está claro?.

-¡Sí!, tranquila voy listo.

Al llegar a la clase se dio cuenta que no tenía ningún par extra en la cajuela, trató de disuadirme de regresar a casa por sus zapatos pero encontré el espacio perfecto para que el aprendiera a responsabilizarse por sus cosas y que mamá no le iba a solucionar todo en la vida especialmente cuando le insistí en que revisara.

En la fiesta lo pasó genial no dejó que andar descalzo le restara diversión a la noche, creo que mas bien le sumó.

Cuando yo llegué a casa y le conté a mi esposo nos reímos un rato pero ambos consideramos que tenía que enfrentar la consecuencia  y  aunque vivimos muy cerca de su amigo, sobreviví a la tentación de ir a resolverle.   Ahora no se sube al carro sin los zapatos puestos.

Ser mamá o papá no es fácil y a pesar de la gran cantidad de libros en donde expertos nos dan consejos de como abordar diferentes conductas o situaciones definitivamente no siempre se aplica para nuestros hijos ya que todos los niños son diferentes; simplemente ponemos todo el corazón en tratar de hacerlo lo mejor que podemos.

Los hijos son una bendición, nuestro mayor tesoro y debemos amarlos, protegerlos, guiarlos y educarlos.  Ellos llenan nuestra vida de alegría y amor todos los días. ♥

Un abrazo y ¡hasta la próxima!

Este es un punto de vista personal basado en mi experiencia como mamá lejos de pretender ser un análisis psicológico.

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