Confidencias de una Miss,  Estilo y Belleza

Miss Costa Rica Mundo 1994

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Silvia Ester Muñoz

En esta ocasión tengo el enorme placer de hablarles sobre una mujer con  maravillosas cualidades que al igual a muchas mujeres ha trabajado y luchado por sus sueños, persiguiendo la felicidad propia y la de su familia.

 

Así se describe Silvia…

Soy una mujer sencilla en su forma de vivir, compleja en su forma de analizar la vida y de pensar.. Originaria de San Marcos de Tarrazú, la Zona de Los Santos, San José, soy la primera representante que tuvo mi país en concursos de belleza internacionales, proveniente de allí.

Actualmente soy madre de 3 hijos: Arantxa de 22, Miranda de 19, Julián de 10 y abuela de Sebastián de 2 años.

Trabajo en Mercadeo, Comunicación Colectiva y Coaching Ontológico.

 

¿Cómo fue que te involucraste en los concursos de belleza?

  Desde los 5 años aproximadamente, ya jugaba con mis primas de pasarelas, hacíamos pareos con pañoletas de mi madre, nos poníamos tacones altos de mis tías y ropa de mi madre y de mis tías para modelarla. Cuando tenía como 11 años, mientras doblaba la ropa en vacaciones de 3 meses, cuando yo le ofrecía a mi madre que no tuviera empleada doméstica, yo recuerdo ver los especiales de las filmaciones de Sports Illustrated con las supermodelos de esos tiempos, y quedaba impactada por su destreza con el movimiento además de su belleza y la de las locaciones, las producciones llenas de energía, el trabajo con los fotógrafos, el maquillaje, la selección del vestuario y me encantaba el efecto final que se lograba para las fotografías.

  Ahora que soy mayor y he hecho mucho análisis en retrospectiva, recuerdo que me decían que me parecía a Linda Carter y a Olivia Newton John, desde muy pequeña, y quizás eso me fue motivando a asociarme más con el mundo de la belleza, de la actuación y del arte a través de la música. Todos ellos ejercidos a lo largo de mi historia como una afición.

 

¿Qué te motivo participar en el Miss Costa Rica?

  Fue una serie de “eventos afortunados” en lugar de lo contrario que se acostumbra decir.

  Cuando estaba en la universidad, estaba trabajando en el negocio de mis padres en vacaciones y cuando fui a la soda de la par del local, en Tarrazú, una dama llamada Elba Rivera quien era co-propietaria de la soda, me preguntó que si me gustaría ingresar en un concurso de belleza pues ella trabajaba en las oficinas de la CCSS y un compañero suyo era estilista también y fui a buscarlo. El no estaba pero un compañero suyo amante de los certámenes sí, así que le dejé el mensaje. Luego nos volvimos a reunir y coordinamos para encontrarnos con representantes del Comité Unimundo en ese momento, los cuales me invitaron a ingresar en el certamen Miss Costa Rica haciendo todas las pruebas correspondientes como seleccionada entre las jóvenes hasta la lista de 11 semifinalistas, que fue publicada en la prensa y por la cual mis padres se enteraron de que yo había ingresado- yo vivía con mi abuela y no les había dicho nada-, cuando las personas empezaron a llamarles por teléfono.

 

¿Cómo fue tu experiencia durante todo el proceso?

  Recibimos clases de pasarela, fotografía, etiqueta y protocolo, tuvimos preparación física en un gimnasio y fue un proceso arduo de varios meses. Yo aprendí mucho a desenvolverme sola pues no vivía con mis padres, y además a disciplinarme y trabajar por un objetivo claro. En ese momento iba al gimnasio durante 3 horas diarias, cuidaba más de mi cuerpo a través del ejercicio y la alimentación. Además de eso, cuidar del cabello, del tono de la piel, y de mi parte intelectual, donde reforcé mi análisis de la realidad de Costa Rica y del mundo desde el ámbito económico, político, social, sobre todo por estar inmersa – gracias a Dios- en el mundo universitario.

  Disfruté mucho del compartir con las compañeras del certamen, con la mayoría de ellas mantengo contacto, y las filmaciones, el contacto con Teletica, las producciones, etc. Fue una aventura diferente y encantadora, sobre todo porque disfruto de este ambiente y del tiempo compartido con otras personas.

  Hubo incidentes extraños como no encontrar mi traje de baño oficial del certamen, mientras estaba en un ensayo para la noche de la final. Pienso que lo pude haber dejado olvidado en la filmación -partiendo desde una posibilidad de falta de cuidado de mi parte- o alguien lo tomó con una mala intención o por el simple hecho de hurtar.

 

¿Qué recuerdas de la noche final?

  Recuerdo que hice una oración uniendo dos citas bíblicas: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, porque Cristo y yo somos mayoría”. Un camarógrafo se acercó y me dijo: “¿tiene miedo?” a lo que le contesté que un poco y me dijo -“no se preocupe, sólo tendrá a unos 4.000.000 de habitantes esperando por sus respuestas”, jajaja…vaya manera de tranquilizarme!

  El concurso trascendió y el traje de baño no era mi fuerte, pues había compañeras con cuerpos más torneados que el mío. Luego vino en traje de noche y allí repunté mis marcadores.

  Frente al escenario, mi padre y mi madre junto con mis hermanos, haciendo porras y señales de aprobación con el dedo pulgar hacia arriba cuando los puntajes de mi parte subían.

  La hora de las preguntas fue el momento en el que repunté para clasificar dentro de las tres semifinalistas.

  ¿Preguntas importantes? Una, ¿Si tu vida fuera un cassette, qué borrarías y qué grabarías de nuevo? Dije que no me arrepentía de nada y por lo tanto no borraría nada. Hoy podría dar una respuesta diferente desde la madurez.

 

¿En cuáles concursos pudiste representar a Costa Rica y  cuáles fueron tus experiencias?

  Asistí a Johannesburgo, Sudáfrica y estuve en Pretoria, donde tuve el honor de estrechar la mano de Nelson Mandela en octubre de 1994, primer año de su presidencia y de la ruptura del apartheid. Estuvimos hospedadas en el hotel Sun City Palace y en el Cascades donde estaban hospedados en ese momento Sting y Whitney Houston. Nos reuníamos por las noches las latinas a comentar avances y lo que visualizábamos iba avanzando con respecto a las favoritas para una elección. Allí compartí con muchas amistades europeas y de otros países a través del habla inglesa que gracias a Dios perfeccioné con mi profesor y amigo Oscar Jiménez, y por esa razón pude interactuar.

  Precisamente tuve una experiencia en Houston Texas en el Rainforest Gala con las Misses de países del Trópico Húmedo como Brasil, Bolivia, Paraguay, Venezuela, Panamá y otros países hermanos. Amistades de esa experiencia aún las conservo en contacto a través de redes sociales.

  Estuve en el Miss Internacional, certamen de una feria en Mie, Japón y por ser la primera experiencia, tuve un shock cultural al igual que mis compañeras, con respecto al trato a la mujer en esta cultura oriental, no obstante, ahora ya comprendo con más bagaje y experiencia.

  Ese año me engordé mucho por problemas de autoestima, manejo de la ansiedad y del estrés y por una situación emocional originada en la codependencia de pareja, que yo no conocía que eran temas que yo tenía vivos y hasta ahora como adulta los reconozco y los trato en mi trabajo personal y como coach de vida con otras personas. Si esperaba resultados de clasificación, esa no era la forma ni el momento.

  La entrega de la corona se hizo en octubre o noviembre cuando yo estaba en el Miss Mundo, por lo tanto mi mensaje fue grabado.

  Mi experiencia previa fue nula así que fui guiada por mí misma  y por la organización. Algunas ex reinas como Laura Odio que fue al Miss Mundo un poco antes, compartieron conmigo pero no es lo mismo que haber tenido experiencia en otros certámenes.

  Pasé aventuras con mis tacones quebrados, coronas olvidadas, vuelos perdidos, y muchas historias que contar precisamente producto de tener primeras experiencias como viajera, sola, a Japón y a Sudáfrica. Ahora tengo mucho por contar y de qué reír, y muchos ríen conmigo pues son parte de mi espontaneidad.

 

¿Cómo cambió tu vida después del concursos, consideras que este concurso es una plataforma que genera oportunidades valiosas?

  Lo que me ha enseñado es la conexión de los sueños de nuestra niñez con los lo que nos hace felices o nos apasiona cuando adultos, y el valor de estar alineados con nuestra verdadera identidad para poder alcanzarlos. Además, la experiencia me permitió darme cuenta de que lo que me propongo con disciplina y determinación, lo puedo alcanzar, sin importar conexiones o contactos en el medio, sin importar la procedencia e incluso, la experiencia previa.

  Antes de los certámenes empecé a hacer comerciales de televisión y fotografía comercial, y esa ha sido la constante desde el año 1993 hasta la actualidad, siendo uno de los pasatiempos que más disfruto: actuar, cantar, escribir, comunicar.

  El certamen me llevó a conectar con una de mis habilidades desde niña: la comunicación y el análisis, el pensamiento, el aprendizaje diario.

 

¿En algún momento alguna de tus hijas te expresó el deseo de participar en concursos de belleza?

  No, de hecho ellas resisten un poco el medio o lo hacían, no obstante son buenas en fotografía, tanto tomándolas como posando para ellas, son muy fotogénicas pero han tenido aversión al concepto de “Miss”.

 

¿Hoy en día, cuál es tu posición con respecto a los concursos?

  El manejo del concepto de la belleza es muy delicado a nivel social. Como Coach Ontológica y Mentora en Liderazgo Femenino, y por mi experiencia personal, ya no veo con buenos ojos el tener que competir con otras mujeres para poder elegir a la más bonita, a la que dio la respuesta más inteligente. Hacemos mofa de los “ridículos” que hacen las concursantes pero no de lo que dicen los futbolistas por ejemplo. Lo asocio con el patriarcado y el deseo de la mujer de seguir siendo la que llama la atención por su aspecto físico y es algo con lo que lucho constantemente, y yo misma me veo cayendo en el mismo paradigma.

  He tenido parejas que hablan de su resistencia a que yo llame la atención por ser Ex Miss CR y modelo comercial , sin embargo, son seguidores y buscan estar con todas las mujeres más bonitas del país y sigue entonces el mismo patriarcado arraigado en las venas. Incluso, me he impactado al recibir un mensaje en redes sociales que ante mis respuestas indique con asombro “es bonita e inteligente!”. Qué sorpresa para un caballero encontrarse ambas cualidades juntas! Estamos tan llenos de etiquetas y nos hemos encasillado tanto, que incluso trabajo para que las mismas mujeres nos quitemos esas caracterizaciones de encima y logremos darnos más nuestro valor. Creo que debemos de dejar de vivir en función de ser aceptadas por los hombres, llamando la atención con nuestro físico, y más aceptadas por nosotras mismas, a nivel propio y entre mujeres.

  Ya no quiero competir, ya no quiero pensar en qué tiene una mujer que no tenga yo, o qué tengo yo que no tiene otra mujer, sino que mi experiencia solamente me lleva a sólo SER YO.

 

¿Cómo es tu vida ahora?, ¿Considerarías participar en un concurso para señoras ?

  Tras un proceso de divorcio con otras secuelas importantes y fuertes a nivel de familia, incluso cuando estuve casada recibí la invitación a participar en uno, mas creo que mi vida ya no está para invertir económicamente en un certamen de belleza sino para generar mis ingresos y utilidades para mi bienestar y disfrute, y el de mi familia.

He tenido muchos aprendizajes de vida y dentro de ellos lo que se llamaría normalmente éxitos y fracasos, tanto a nivel personal, como profesional y más emocional, es por eso que me enfoco más en mi crecimiento interno y cómo ser una guía de apoyo a otros para crecer en esas áreas, tanto como personas como a nivel de empresas a nivel del marketing, que vivir anhelando una experiencia que disfruté pero que fue una etapa de mi vida.

 

¿Cuáles diferencias marcadas ves en cómo fue tu concurso a cómo se desarrollan actualmente?

  Francamente los he dejado de seguir, pues casi no estoy viendo televisión, por temas de agenda y por prioridades. Creo que está migrando el tipo de evaluación y tendrá que hacerse, en virtud de que la mujer poco a poco se vea como una persona más empoderada, mediante la valoración de más talentos, escolaridad o preparación académica, profesionalismo, labor social, para que en realidad no se evalúe solamente la estética sino más el liderazgo femenino. Y sin embargo, seguir compitiendo en algo, es quitarnos el valor de la autenticidad de cada una.

Estamos migrando y estamos urgidos de nuevas masculinidades con una percepción diferente de la mujer, y de nuevas femineidades, con una mejor auto-proyección y proyección de ella misma.

 

¿Cuál mensaje te gustaría compartir con otras mujeres?

  Querida Mujer:

Vales por lo que sos, por lo que vales, porque tu dignidad está dada desde que estás en este mundo, no por lo que los demás piensen de vos.

Esa dignidad es verte con los ojos con los que Dios te ve, no con los que incluso te ves a vos misma.

No es tu historia, no es lo que has logrado, no es como te vean, no es tu maternidad, no es tu profesión. Es tu SER, lo que invita a otras a SER, ese es tu liderazgo.

Si deseas cuidar tu cuerpo, que sea para tu bienestar.

Si deseas ejercitarte, que sea para tu disciplina.

Si deseas fotografía, qué deseas comunicar.

Si deseas ser modelo, qué patrón deseas que otras sigan al verte?

Si deseas ser artista, conecta con todos tus dones.

Si deseas ser profesional, qué legado deseas dejar?

Si deseas dar al mundo, cuánto puedes aportar desde tu autenticidad?

No necesitas competir insanamente, ni calzar en ningún grupo, ni compararte con nadie para ser vos misma.

 #justbeyourself.

 

Silvia Ester Muñoz,

Mentora en Liderazgo Femenino, Coach de Vida, Mercadóloga, Comunicadora, Miss CR Mundo’94 y ante todo

MUJER.

 

 

Gracias Silvia por compartir conmigo tu experiencia y el camino recorrido para ser la mujer que tengo el gusto de conocer; cada ratito compartido con vos me contagias de tu positivismo y espiritualidad.

Un abrazo desde el 4to piso y hasta las próximas confidencias de una Miss.

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