Familia y Cotidianidad,  Vida Sana

El día en que mi vida cambió para siempre…

Loading Likes...

No sé cuantas veces he escuchado y leído frases como “no permitas que lo que te pasó te defina” pero ¿realmente es tan sencillo como suena ?, ¿qué tal si la experiencia que tuvimos alcanza niveles inimaginables para nosotros?, ¿seríamos capaces de poner en práctica nuestro propio discurso?.

La historia que estoy por contarles tiene como fin ayudar a otras mujeres que se encuentran en la misma situación y que a pesar de su terrible experiencia siguen luchando por dejar atrás el pasado y ver el futuro con optimismo.

Hace aproximadamente quince años conocí a una joven alegre, servicial, esforzada, trabajadora, llena de cualidades y virtudes hermosas y por asuntos de la misma vida nuestros caminos se separaron pero seguí guardando un gran cariño por su persona y gratos recuerdos; a través de las redes sociales y mi blog empecé a restablecer contacto con ella y a darme cuenta de como su vida cambio inesperadamente en el año 2014.

“Mary” quiso compartir su historia con todos nosotros y aplaudo su coraje y valentía al luchar contra prejuicios y señalamientos de personas que no se detienen a pensar en que lo que le pasó es grave y que a pesar de que trabaja por conseguir su recuperación emocional la lucha es fuerte y continua.

Todas las mañanas “Mary” al igual que muchas mujeres, incluyéndome a mí; salía a correr antes de ir a trabajar, esa madrugada no era diferente a ninguna otra, se colocó sus audífonos y salió confiada de regresar con bien como lo hacía siempre.  Al poco tiempo de empezar su recorrido sintió donde unos brazos desconocidos la levantaron del suelo y la tiraron dentro de algún lote baldío golpeando su cabeza y dejándola aturdida, no lograba entender lo que estaba pasando solo supo que dos hombres ese día cambiaron su vida para siempre quitándole su confianza y seguridad al violarla bajo la amenaza de un cuchillo.

Tan pronto la dejaron ella corrió hasta su casa donde entró directamente al baño tratando de arrancar el olor y las sensaciones que esos hombres dejaron en ella y convenciéndose a sí misma que lo que había sucedido le podía haber pasado a cualquiera; que no sería ni la primera ni la última mujer en pasar por eso; lo mejor en su mente, sería prepararse para su trabajo con toda la normalidad del mundo. Agarró toda la ropa que llevaba puesta la metió en una bolsa y se deshizo de ella tratando de borrar los sucedido.  Al pasar las horas sus pensamientos no avanzaban mucho más allá del horror vivido por lo que decidió afrontar la situación y hablar con sus jefes para luego presentarse en el hospital.

Para “Mary” no fue nada sencillo tener que reunir a su familia para contarles lo que le sucedió; sentimientos de dolor, asco, pena solo hicieron más difícil su situación, la ingresaron en el hospital inmediatamente y permaneció internada por un periodo aproximado de un mes para tratar no sólo el trauma físico sino también el enorme daño psicológico sufrido.

Al salir del hospital decidió interponer una denuncia formal con la esperanza de que a lo mejor en algún lugar habían cámaras que pudieran identificar a los protagonistas de su pesadilla, pero a pesar de los esfuerzos no se avanzó en las investigaciones, nunca supo quiénes perpetraron contra con ella.

El tiempo pasó y a pesar de contar con la ayuda y apoyo incondicional de su madre, psicólogos y psiquiatras el solo hecho de levantarse en la mañana implicaba un gran esfuerzo para “Mary”; no confiaba en nadie, sus compañeros de trabajo y amigos que antes eran cercanos a ella se empezaron a alejar pues no entendían las reacciones de sobresalto y enojo que muchas veces desencadenaban en ella.  Un simple acercamiento que antes podía ser catalogado como inocente ahora era para ella un traspaso inapropiado en su intimidad.

Se enfrentó a señalamientos y a expresiones como “salga del baño y póngase a trabajar”, “¿cómo no va a superar esto si hay cosas peores?”, “¡que raro yo a usted la veo tan bien!”; sin tan sólo tener una idea del calvario que llevaba por dentro.

Su lucha es constante, toma medicamentos para la depresión, los ataques de ansiedad, el mal dormir; asiste con regularidad a sus citas medicas de control y a pesar de que el avance ha sido lento poco a poco  espera poder empezar a dar pequeños pasos hacia su autonomía. Para “Mary” el sólo hecho de poder ir al supermercado implica un esfuerzo enorme algo inalcanzable casi, entrar a un banco es misión imposible, lo debe de hacer a primera hora o cuando no hay mucha gente ya que siente que en cualquier momento se le puede presentar sin previo aviso un episodio de ansiedad los cuales a pesar de las medicinas aún no logra controlar; se siente insegura en lugares abiertos o con gente. La depresión y los medicamentos también contribuyeron a un aumento en su peso con el cual sólo ayuda a su baja autoestima según ella misma lo cuenta.

“Mary” sabe hacia donde debe enfocar sus metas, sabe que debe amarse y no permitir que dos desgraciados pongan una nube oscura sobre el resto de su vida.  Dirigir sus energías y su mente en los cambios positivos que ha tenido hacen que vea el futuro con esperanza gracias a su fe en Dios, su madre, su perrita, el equipo de médicos pero sobre todo a su fortaleza.

El objetivo principal de “Mary” al permitirme contar su historia es que otras personas que se encuentran en su situación sepan que no están solas, que hay que ser pacientes y perseverar para ver un pequeño cambio, que cada logro es una celebración de éxito; y a todos los demás, no minimicen los estados depresivos de nadie ya que no es algo que se pueda controlar con un chasquido de dedos, el apoyo de la familia y los amigos es fundamental pero sin señalamientos ni presiones.

“Mary” comenta que la depresión según su vivencia es una enfermedad sumamente amplia ya que el cerebro de todas las personas trabaja de manera diferente y encontrar un medicamento que ayude a mitigar el malestar sentido es un camino de prueba y error. Definitivamente no es fácil y siempre encontrará personas que resten valor a su situación, que no comprendan lo difícil que es para ella salir del hueco donde hace 4 años dos hombres la empujaron sin piedad.

No puedo imaginar su dolor y sufrimiento pero confió en que ella logrará salir adelante de esta etapa por que sé que es una mujer luchadora, la he visto alcanzar metas importantes y el volver a sentirse libre y feliz es una de esas.

Yo por mi parte admiro la valentía que “Mary” ha demostrado hasta el día de hoy, ella al igual que todos nosotros tenemos derecho a ser felices, a caminar por la calle sin temor, a realizar ejercicios sin correr riesgos de agresión. Todas las mujeres somos valiosas e importantes en el mundo, no sobra ninguna.

Gracias “Mary” por tu confianza y recuerda que CUANDO MAS OSCURA ESTA LA NOCHE MAS CERCA ESTA EL AMANECER.

Sí usted que leyó esta historia conoce a alguien que se encuentra inmerso en la depresión, escúchelo(a), acompáñelo(a), ayúdele a buscar ayuda.  No importa si su depresión fue desencadenada por un evento traumático, factores genéticos o bien desconozcamos su origen, brindémosle nuestra mano para que puedan salir adelante y anhelar un mañana mucho mejor.

Un abrazo a tod@s y muchas bendiciones en sus vidas; hasta la próxima.

PD. Esta es una historia verdadera, revisada y aprobada por su protagonista, utilicé el pseudónimo de “Mary” para referirme a ella y proteger su identidad.

¿Querés saber los mejores consejos

de moda, estilo, belleza y salud?