Los 40’s años ya no son como solían ser; a través del tiempo las mujeres hemos ido creciendo en todos los campos de la sociedad dejando atrás estereotipos que nos limitaban a vernos como queríamos; fuimos avanzando de las faldas largas y amplias con estrechos corsés que restringían la respiración, a las faldas donde poco a poco se iba mostrando más las piernas; luego con “Coco” Chanel se incorporaron los pantalones como una prenda de uso regular en las mujeres, lo que constituyó toda una revolución social pues era considerada una prenda para hombres.
Pero siempre sucedía lo mismo al llegar a cierta edad, no era de buen ver que las mujeres llevaran colores llamativos, prendas con detalles, blusas o vestidos sin mangas o calzado abierto y se sentían casi por obligación, volver a la etapa más conservadora posible pues ya no les lucía.
Además, (estoy segura que aún en algunos casos sigue siendo así) las mujeres tenían que tomar en consideración lo que pensaban los esposos a la hora de vestir, cuidaban no llamar mucho la atención para que su pareja no se sintiera menos o en desventaja con otros hombres.
Hace algún tiempo, una señora mayor me contó con todo el amor y la comprensión hacia su esposo que en una ocasión para un evento especial ella fue al salón de belleza, la maquillaron, peinaron, se hizo las uñas y compró un vestido nuevo; su presencia en la actividad fue motivo para que las miradas voltearan hacia ella, recibiendo cumplidos por lo hermosa que se veía. Inmediatamente notó sin necesidad de que su esposo le dijera nada como éste se incomodó al ver que a su esposa era el centro de atención; en ese momento decidió que no lo volvería a arreglarse con tanto espero pues no quería que su esposo se sintiera intimidado. Su filosofía al vestir era “lo suficiente para verme presentable, pero no mucho para no llamar la atención”.
Yo en lo personal creo firmemente que nosotras debemos de vestirnos para agradarnos al vernos al espejo, sentirnos confiadas, empoderadas, felices y con muchas ganas de empezar cada día con el autoestima por los cielos; si nuestra pareja nos da un cumplido por cómo nos vemos es maravilloso, pero no es necesario tener su visto bueno para expresar nuestro estilo.
No tengo la menor duda que el vernos y sentirnos bien por dentro es lo primordial, pero si además nos vemos bien por fuera eligiendo las prendas y accesorios adecuados de acuerdo a nuestra edad, personalidad y forma de nuestro cuerpo, definitivamente elevaremos nuestra autoestima y poder de acción para tomar los retos que la vida nos presenta.
Ya a los 40’s hay prendas que no se nos ven bien como las minifaldas o shorts que muestran más de lo necesario, pero lo principal es tomar en consideración y análisis cuáles de las prendas que me gustan realmente favorecen mi figura . Los colores, las formas , estampados, que debemos utilizar van a depender mucho del color de nuestra piel, cabello y ojos así como la forma de nuestro cuerpo.
Ya no tenemos que encajarnos en los conjuntos de camisa de botones y pantalones, faldas rectas por debajo de la rodilla con blusas cuadradas y sencillas, o los famosos mocasines negros o café que muchas señoras optan por usar en la edad adulta; podemos divertirnos y reflejar la edad que tenemos en espíritu, porque en el 4to piso estamos en la mejor etapa de nuestras vidas; nos sentimos seguras de quienes somos, lo que nos gusta, lo que queremos reflejar y lograr.
No necesitamos complacer a nadie más que a nosotras mismas y no es un pensamiento egoísta, pues en la medida en que más nos amemos y nos sintamos bien, más tenemos para dar a los demás.
Te invito a que te soltés el pelo, te vistás divina con colores en tendencia, te maquillés y vivás tu vida que ahora en el 4to piso apenas vas a empezar a vivirla plenamente.
Un abrazo enorme.