Que lindo es cosechar éxitos, ver premiado el esfuerzo y dedicación en todos los proyectos que emprendemos en la vida.
Hace 
una semana me encontraba en Panamá jugando un torneo de baloncesto femenino en la categoría maxi (mayores de 30 años), contra equipos con jugadoras muy fuertes, altas y habilidosas; mis compañeras de equipo y yo dimos el máximo esfuerzo, entregamos siempre lo mejor en la chancha logrando así traernos el trofeo de campeonas a casa.
Es verdaderamente gratificante compartir con otras mujeres que aman el baloncesto y que ahora, a pesar de que todas tenemos muchas responsabilidades con el trabajo y la familia, sacamos tiempo para volver a practicar un deporte que tanto nos entregó durante nuestra época de niñez y juventud.
En el baloncesto se fomenta el compañerismo, la paciencia, solidaridad, trabajo en equipo, respeto, la disciplina, entre muchos otros valores; gracias a Dios, mis hijos también están teniendo la oportunidad de integrarlos a su vida de la misma manera que yo lo hice siendo niña
Nuestro equipo estaba conformado por mujeres fuertes, emprendedoras, luchadoras y con deseo de triunfo; en esta ocasión el grupo tenía diez jugadoras costarricenses y tres panameñas, las cuales no solo nos enseñaron sus destrezas en la cancha sino que además nos permitieron ver de cerca la realidad de otras mujeres.
Todas tenemos diferentes sueños, metas, problemas, defectos y virtudes pero en la cancha 
trabajamos como el mecanismo de un reloj; cada una de las piezas tenía su función y encajaba perfectamente con las demás.
Entre las panameñas contamos con una policía que puso orden en el juego ¨jalándonos las orejas a más de una¨ ja, una sobreviviente del cáncer que jugó con nosotras entre sesiones de quimioterapia y que hace unos días hizo sonar la campana de su mayor triunfo, vencer el cáncer; y otra que a pesar de su difícil situación, dio lo mejor de sí en la cancha.
Para mí fue una experiencia muy diferente a realizar una carrera de 21km o una maratón, donde uno siempre va solo y todo depende de uno mismo; en el basket el equipo gana por el buen desempeño de las jugadoras tanto en la cancha como en la banca, no se gana por lo que hizo solo una, sino por lo que todas en conjunto trabajamos para lograrlo.
Gracias a Velll, Vane, Ale (Hulk), Ale, Mari (Prin), Ana María, Karla, Mari, Lore, Tayi, Jessica, Ana y por supuesto a la Coach Peña que supo armar y dirigir al equipo. Fue un gusto haber vivido junto a ustedes esta experiencia tan linda.
Si alguna vez vos que ahora estas leyendo mi anécdota, sentiste ganas de retomar el deporte que practicabas de niña o adolescente porque al recordarlo te genera alegría, te invito a que busqués un lugar donde de nuevo podás poner en marcha esas buenas practicas; yo no me acordaba lo mucho que lo disfrutaba hasta que volví de nuevo a entrenar.
FELICIDADES ANA! UNA GUERRERA DE VIDA Y EJEMPLO PARA TODAS NOSOTRAS.
Un abrazo y hasta la próxima,
