Entre montaña, barro y ríos
Les cuento…
El día 26 de mayo corrí mi primer media maratón de montaña en Rincón de la Vieja Costa Rica, salimos de San José al medio del viernes para llegar a retirar los paquetes de carrera descansar un poco y prepararnos para el día siguiente, entre nosotras habían dos compañeras que correrían 50km y dos de nosotras haríamos 21Km. Nuestra carrera salía a las 7:00 am y como en esto casi todo es controlable menos el clima, amaneció lloviendo el sábado y sabíamos que iríamos a batir barro durante casi todo el recorrido. Desayunadas con hidratación y geles a mano salimos acompañadas de una rica llovizna que estuvo intermitente en toda la carrera, estaba emocionada pues era mi primer carrera de montaña pero adivinen que… al igual que en mi media maratón de calle hizo acto de presencia mi querido antagonista el cólico; esto fue para comunicarme que durante casi todos los veintiuno estaría paso a paso a mi lado (tremenda indigestión me dio) el dolor que sentía era como si me sacaran el aire de un golpe, por eso a los 12 km tomé la decisión de no correr más sino caminar lo que me faltaba pues renunciar no era una opción y lo tenía muy claro.
En ese momento ya me había separado de mi amiga Mónica que corrió como gacela a pesar de que sus tenis no tenían plantilla (…), mentalmente me empecé a caer y sabotearme a mi misma hasta que de camino encontré a una amiguita que El de arriba me puso (Anyely) que corría con media gripe acuestas; me volqué a animarla a que juntas terminaríamos la carrera aunque fuera arrastradas. La compañía y apoyo que nos dimos de manera mutua fue fundamental para que pudiéramos cruzar esa meta, como le dije a ella, “sabemos que no vamos a hacer un buen tiempo, eso no lo podemos controlar; lo que si podemos hacer es cruzar esa meta a como de lugar”.
El paisaje y los trillos eran espectaculares, pasamos por 3 ríos que nos lavaban el barro de las tenis hasta el siguiente barrial, la asistencia estuvo excelente. Hubo un ambiente ameno los participantes estábamos para disfrutar la aventura, intercambiábamos palabras, sonrisas, porras de ánimo y hasta bromas; definitivamente lo volvería a repetir, me toca ahora analizar las posibles razones por las cuales me sentí así y prepararme para la próxima tener una solución al alcance y tener un mejor desempeño por satisfacción personal.
Tres horas más tarde llegó a meta Patzy, entera y feliz por haber concluido la ruta y un poco más tarde lo hizo Wendy. Ya sin barro y bañadas nos dispusimos a comernos dos pizzas grandes que sabían a gloria, acompañada con una copa de vino para celebrar lo logrado; pasamos una tarde entre carcajadas e intercambio de vivencias. A la mañana siguiente salimos del hotel a primera hora para incorporarnos nuevamente a nuestras rutinas. Por cierto recibí la invitación a un nuevo reto por parte de mi amiga y “coach” Patzy de hacer el otro año 50km; ya lo veremos.
Siempre con cada carrera o entrenamiento me quedo con una enseñanza positiva y en este caso fue el hecho de que cuando estamos muy mal debemos buscar alguna situación o persona en en la cual podamos darnos de una manera positiva y generar en nosotros un propósito o meta temporal que nos ayude a salir del negativismo mental en el que nos encontramos.
Gracias Anyely por aparecer en mi camino.