Como bien lo dice el dicho “ver, oír y callar”
Desde que somos pequeños hemos escuchado decir a nuestros padres y abuelos el famoso dicho de “ver, oír y callar”, y ahora nosotros se lo hemos trasmitido a nuestros hijos cuando vemos que la situación lo amerita.
Lo que nunca me explicaron fue el origen de esta enseñanza, se refiere a una escultura en madera de los tres monos sabios que se encuentra en la fachada del Santuario de Toshogu en Japón, sin embargo su mensaje original es más específico y rotundo “no escuchar lo que te lleve a hacer malas acciones”, “no ver las malas acciones como algo natural” y “no hablar mal sin fundamento” (#Japón #dicho #valores).
El primer mono sabio es Kikazaru que no escucha, Iwazaru es el mono que no habla y Mizaru el que no ve. Cuenta esta leyenda que los tres monos fueron enviados por los dioses como mensajeros para observar los hechos cometidos por la humanidad.
A cada uno de estos monos se le otorgaron dos virtudes y un defecto, Kikazaru no podía oír pero podía ver y hablar; de esta manera le comunicaba las cosas a Mizaru el cual no podía ver pero si podía hablar y escuchar; éste le daba el mensaje a Iwazaru que era mudo y encargado de tomar la decisión del castigo que debía recibir el que cometía la falta.
Lo más importante que podemos rescatar de esta historia es que tenemos que detenernos y pensar antes de actuar para poder hacerlo de buena manera, callar antes de hablar para no dar falso testimonio y no escuchar las cosas que lejos de construir, destruyen.
El dicho a nuestra manera “ver, oír y callar” se presta para una interpretación un poco liviana pero al fin y al cabo nos insta a no juzgar sin fundamentos; a quién no le ha pasado que por apresurarse a sacar conclusiones sobre algo que ve u oye, abre la boca antes de tiempo y hace un problema donde no existe o queda mal parado.
En el mundo en el que vivimos hoy necesitamos poner más en práctica la enseñanza original para cultivar valores en nuestros hijos y a nuestro alrededor como la humildad, respeto y tolerancia.
Seamos responsables de nuestras acciones y palabras viviendo en armonía, amor y paz.